EL RATONCITO PEPITO
Había una vez…un pequeño ratoncito que vivía en el patio de un colegio, Pepito que así se llamaba el ratón, no necesitaba despertador, pues todas las mañanas sonaba a las 9 en punto la sirena del colegio. El pequeño ratoncito, del susto pegaba un bote de la cama que más de una vez le hizo un chichón, sin embargo, en vez de levantarse malhumorado se desperezaba remolón. Luego se asomaba por el agujerito de su madriguera a ver entrar a los niños.
Después, rascándose la cabeza se dirigía a la cocina para desayunar. Al terminar se cepillaba muy bien los dientes, hacía su camita y se peinaba. Pepito era un ratón muy limpio y ordenado.
Cuando el ratón lo tenía todo recogidito, se asomaba por la ventana de su madriguera a ver como se divertían los niños, jugaban, saltaban, corrían, reían…..a Pepito le encantaba verlos reírse y jugar, a veces cuando aún no era la hora del recreo, los veía cruzar el patio para hacer deporte.
Cuando el ratón los veía correr se destornillaba de la risa, ya que se acordaba del deporte que el practicaba cuando entraba a la cocina y la cocinera lo encontraba relamiéndose el hocico, que acababa de sacar del bote de mermelada.
La cocinera desaparecía y aparecía como una loca gritando y saltando con el cucharón en la mano:
- ¡Un ratón….un ratón,…que alguien llame a los fumigadores, ….ahhhh……ratones en la cocina! ¡Qué alguien llame a los fumigadores!
Luego, volaban los platos y las tazas por doquier, pero Pepito siempre conseguía escapar y salir airoso de las locuras de la cocinera.
- ¡Madre mía vaya loca! …¡Cualquier día de estos la encierran! Exclamó Pepito divertido imitando la cara descompuesta de la cocinera.
A Pepito le encantaba salir al patio a recoger el queso y el pan que los niños dejaban en el suelo,
- ¡Uhhhh, qué rica!... exclamó Pepito. Menudo festín se había dado en la cocina con ella.
Aquella mañana hacía mucho calor, él no sabía del tiempo y esas cosas, porque nunca había ido a la escuela. Pero sí sabía, que cuando terminaba el frio empezaba el calor y los niños dejaban de ir al colegio. Pepito se entristeció sólo de pensarlo, pues sabía que pronto quedaría sólo durante algún tiempo.
Mientras pensaba todo esto, Pepito escuchó el llanto de un niño. Salió de su madriguera y con mucho cuidado se acercó al niño y le acarició la mano con su hociquito. El niño al verlo y sentir las cosquillitas en su mano dejó de llorar. Pepito divertido subió por su brazo hasta el hombro.
- ¡Oh, qué bonito! Dijo el ratón. Desde allí arriba podía ver todo el patío del colegio.
El ratoncito se acercó al odio del niño para presentarse:
- ¡Me llamo Pepito y tú!. Le dijo con su vocecita de ratón. Pero claro como ninguno de los dos sabía idiomas no pudieron entenderse.
El pobre Tono que así se llamaba el niño no comprendía nada de lo que le contaba, solo oía,”…ih, ih, ih…..” y como al decirlo le hacía cosquillitas en la oreja, Tono se reía a carcajadas y aunque no se entendían cada vez eran más amigos.
Por un momento, Tono olvidó que se sentía muy solo, todos sus amigos estaban preparándose para el verano y pronto se marcharían del colegio.
- ¿Con quién jugaré yo ahora? …pensaba Tono.
Todos los días Tono en la hora del recreo iba a visitar a Pepito y le daba un poco de su bocadillo. Con el paso de los días Tono y Pepito se hicieron muy, pero que muy amigos y el ratoncito ya no volvió a quedarse solo ningún verano. A veces Tono incluso lo invitaba a casa a merendar, aunque eso sí cuando no estaba su madre, que era igual de miedosa que la cocinera del colegio.
Cuando Pepito estaba solo y como era muy trabajador aprovechaba para ir a la biblioteca y ponerse a estudiar. Así, el ratoncito estudió las estaciones del año, los días de la semana, y algo muy importante para los dos amigos, que ambos aprendieron a entenderse y ahora los dos amigos ya pueden contarse sus secretos.
Ahora los dos amigos solo tienen un problema, que Tono deje de reírse cada vez que Pepito le cuenta cosas al oído, porque al final los dos amigos siempre terminan llorando…, pero de la risa.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado y el que tenga la boca abierta, seguro, seguro, que se lo ha tragado.
NUESTRAS ACTIVIDADES EN EL CEIP ANGEL ZAPATA
domingo, 22 de mayo de 2011
lunes, 18 de abril de 2011
¡INTRODUCCIÓN AL CÓMIC!
A finales del mes de marzo se proyectó un Power Point a los niños para iniciarles en el cómic. En dicha presentación se instruyó al alumnado sobre las partes, elementos, tipos de encuadres, viñetas, etc., del cómic, pues consideré que era muy importante que los alumnos conocieran, previamente, algunos de los principales recursos lingüísticos y gráficos del mismo para que pudieran trabajar en ellos con cierta soltura. Este recurso didáctico, es un sistema sencillo para promover al niño en la inventiva de historietas, además, a través de él trabajan tanto el lenguaje icónico como verbal y cada viñeta, en este caso secuenciada, se halla determinada en distintos encuadres dentro de un espacio-temporal, que el niño aprenderá a dominar y que considero es muy importante para el desarrollo y avance cognitivo del alumno. Por otro lado no podemos olvidar, que el cómic es un recurso didáctico que puede ser muy motivador para el niño, puesto que conocen los tebeos y además les interesan.
viernes, 15 de abril de 2011
¿DÓNDE ESTAMOS?
Hola a todos y bien venidos a nuestro blog. Somos de 5º B y pertenecemos al Ceip. Ángel Zapata de Torreagüera, un pueblecito a pocos kilómetros de Murcia capital. Nuestro colegio está situado a los pies del monte Miravete, su punto más alto alcanza los 426 metros de altitud, en dónde se halla la emblemática "Cruz del Miravete". Desde la cumbre podemos divisar nuestra huerta.
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